La leche y sus derivados son considerados alimentos esenciales en todas las etapas de la vida, incluso durante la adultez.
La lactancia materna representa la única vía de alimentación en las primeras etapas de la vida y ofrece múltiples ventajas, como favorecer el crecimiento y desarrollo, aportar anticuerpos, enzimas y hormonas que protegen al niño de adquirir enfermedades, mejorar el vinculo madre hasta hijo, entre otras.
Una vez que se incorporan otros alimentos en la alimentación del bebé el consumo de leche disminuye pero no debe eliminarse. Al comienzo, el bebé toma alrededor de un litro de leche al día, luego de los seis meses debería disminuir a tres cuartos de litro aproximadamente, y a partir del primer año de vida, el consumo debería mantenerse cerca de medio litro, para luego aumentar nuevamente en la etapa de la pubertad.
El calcio, las proteínas y las vitaminas que se encuentran en la leche son fundamentales para la salud. El calcio, es un mineral indispensable para la formación y mantención de la estructura ósea, por esto se hace aún mas necesario durante el crecimiento, sin embargo, las personas adultas también lo necesitan, aún cuando su crecimiento y desarrollo han finalizado, los huesos dientes, tienden a volverse frágiles con la edad y en las mujeres en etapa de menopausia los huesos comienzan a descalcificarse, así, si no existe un consumo adecuado de leche, el riesgo de sufrir osteoporosis es mucho mayor.
Un vaso de leche contiene alrededor de 240 mg de calcio, si una persona entre 25 y 50 años tomara 3 vasos, obtendría más del 70% de su recomendación para este micronutriente |